LA NACIÓN - 31/01/2022 | Estudio Jurídico LEGEM
Foto con la palabra NOTICIAS, el logo del diario LA NACION y la fecha 31/01/2022.

Extracto de la nota brindada al diario La Nación por parte de Alexis Demián Diograzia, Director Comercial de Estudio Jurídico LEGEM.

Fotografía a color tomada en altura de Fuengirola, España.

Fuengirola, España.

No solo se van los jóvenes: cuál es el otro perfil de emigrantes argentinos y qué países eligen más

Alexis Demian emigró hace menos de tres años a Málaga. Él también creó su compañía de asesoramiento, gestoría y soporte legal —junto con su socia abogada— para personas que buscan residir en la Península Ibérica. “Está viniendo gente con mucho recurso económico, con dinero para poner una empresa o comprar propiedades. La gran mayoría son profesionales, tenemos mucha homologación de título, muchos médicos y arquitectos. Vienen con ganas de hacer cosas, pero no por necesidad económica. No viene gente de 30 años, vienen los de 45 para arriba”, coincide.

¿Qué busca el que emigra? “Te dicen que se cansaron de la Argentina, es una sensación de sofoco, de que no se puede progresar. Yo soy marplatense, emigré con 30 años. Siempre fui emprendedor, tuve negocio y administraba diez departamentos. Allá nunca pude tener un auto 0km. Acá lo compré después de 6 meses. Vivo frente al mar, en Fuengirola. Pago 800 euros de alquiler, y a fin de año me estoy sacando una hipoteca. En Mar del Plata vivir frente al mar es solo para el que tiene mucha plata”, compara.

Tanto Diehl como Demian ubican a los médicos argentinos entre los primeros puestos de emigrantes. Es el caso de Alejandra Macri, de 58 años y médica egresada de la UBA. Hacía clínica, emergencias, y es especialista en medicina legal. Hace seis meses emigró a España. “No nos fuimos por motivos económicos. Mi marido es analista de sistemas y docente de la UBA, con dos maestrías. Estábamos deprimidos, de mal humor. No soportábamos más esa decadencia. Estábamos como muertos en vida”, recuerda. Atrás de ellos llegaron su cuñado, traumatólogo y también legista, y su esposa técnica en cardiología, con una hija de 7 años. Con sus ahorros compró un pequeño departamento para alquiler turístico y alquiló un local con su cuñada para un emprendimiento gastronómico. Ya no sabe si querrá seguir ejerciendo la medicina. “Me cansé del maltrato de los pacientes y familiares, de que te discutan un diagnóstico porque lo leyeron en Wikipedia, de los bajos sueldos, de las guardias larguísimas. Quise cambiar de vida en serio”, relata. Tres colegas del hospital actualizaron más adelante sus teléfonos con característica de España. Alejandra notó que habían llegado para quedarse.